“El hombre será lo que quiere ser, si une a su saber y a sus fuerzas el conocimiento de la propia herencia.” Carlos Bernardo Gonzalez Pecotche (1992) Cada mañana cuando nos levantamos y nos vemos en el espejo, nos vemos igual. O por lo menos eso pensamos. La vida no es estática. Las cosas cambian día a día. Cuando nos preguntamos quienes somos, pensamos siempre en función de lo que somos en el presente momento, pero olvidamos que siempre estamos en crecimiento.
En constante cambio y esos cambios, los cuales son calculados por medio del aumento en la de edad, se le denomina desarrollo. El cuerpo es el que se envejece, pero ¿Si el cuerpo se envejece la mente debe hacerlo también? En la psicología, no fue hasta mediado del siglo XX que se le empezó a dar más atención. Aristóteles, es importante acotar, ya había mostrado la importancia del cuerpo para el psiquismo.
Él dijo: “El alma, en la mayor parte de los casos, no parece experimentar ni hacer cosa alguna sin el cuerpo; por ejemplo, encolerizarse, tener valor, desear y en general sentir. La función que parece más propia del alma es pensar; pero el pensamiento mismo ya sea una especie de imaginación, jamás puede producirse sin el cuerpo”. (Aristóteles) Descartes por su parte menciona al cuerpo como “la causa y el principio del cuerpo vivo” (Descartes, 1937) y comparaba las funciones del cuerpo con aquellas del piloto de una nave. Se puede decir entonces que el cuerpo y en este caso, su deterioro son fundamentales para la psique de las personas y afecta todos los orbes de la vida de los seres humanos. Jorge Galindez humanista argentino (1963) nos aporta diciendo que “El cuerpo está en primer plano para un ser-en-el-mundo, así como el cogitó lo está ora un ser-frente-al-mundo. Y al destacarse la relación del cuerpo con las cosas, se vuelve central el problema de la percepción”. Juventudes acumuladas.
¿Qué es eso? Es el nuevo término que se usa para las personas de edades maduras. Es un término muy adecuado, ya que comúnmente olvidamos que durante las diferentes etapas de la vida, somos diferentes personas. Fuimos bebes, niños, adolescentes, adultos jóvenes por mencionar algunas, y solo porque hayamos concluido las etapas del desarrollo, no podemos obviar que aun en nosotros hay parte de esa persona infante, adolescente, adulta temprana.
Somos como una muñeca rusa, donde cada una de las etapas va inmersa en la otra. Posiblemente cuando escuchamos a alguien hablar sobre la adultez intermedia, lo primero que se nos viene a la mente es la famosa crisis de la mediana edad.
MIÉRCOLES, 9 DE JUNIO DE 2010 Adultez Intermedia Es triste que pensemos así, ya que aparentemente existe una vorágine mental que nos obliga a pensar de esta manera y ver esta “crisis” como algo inevitable en la vida de las personas. Inclusive, se ve y se acepta como parte de la vida de todos. La adultez intermedia, según Benjamin B. Lahey (1999) comprende el periodo aproximado entre los 45 y los 65 años de edad. Claro, todo esto está sujeto a diversos factores, tales como cultura, madurez y la sociedad.
Durante esta fase, “la persona debe sumir en lo ha convertido su vida. En este momento el adulto se da cuenta normalmente de que los ambiciosos sueños de su primera adultez no pueden realizarse completamente”. (Lahey, B. 1999) según Erik Erikson se vive el conflicto entre la generatividad frente al estancamiento. Esto consiste en “hallar sentido en las cosas que se han hecho en la vida laboral y familiar y seguir siendo generativo o productivo”. (Lahey, B. 1999)
Para Erikson la importancia de ser generativo durante la parte media de la edad adulta no es plenamente una cuestión de trabajo. La persona que viva exitosamente esta etapa desarrolla labores que exceden lo meramente laboral y más bien busca dejar un legado de cosas que perduren su existencia. Ya sea esto un negocio familiar, orientar a los hijos o a los nietos o así por el estilo. “la generatividad es una cuestión de tender la mano, en lugar de estar centrado en uno mismo”. (Lahey, B. 1999) Según Erikson, la persona que ensimismada o estancada le parecerá que la vida pierde mucho sentido durante la vida adulta.
En el caso de la mujeres, especialmente aquellas que han pasado su vida adulta anterior fungiendo como amas de casa, criando a sus hijos, el trabajo puede convertirse en una parte crucial de la difícil prueba de mantenerse generativa, en comparación a los hombres. La mujer que se enfrenta a un nido vacío durante esta etapa puede sentirse completamente inútil, ya que sobre lo que ella había basado su existencia, es súbitamente arrebatado de sus manos, mientras que si tuvieran un trabajo, aunque uno de medio tiempo, el golpe se amortiguará. Finalmente Harry Levinson, por su parte determina cuatro etapas breves en la adultez intermedia. La primera la denominó transición de la mediana edad. Esta fase culmina en la primera mitad de los 40 años. Esta transición a algunos les resulta fácil, pero para otras es un periodo de angustia y confusión.
Erikson, sobre esta etapa la planteaba por medio de una disyuntiva: “¿Puedo encontrar sentido a mi vida tal como va?” Esta etapa también trata de un periodo en el cual la persona se ve obligada a enfrentarse a la manifestación cada vez más palpable del envejecimiento biológico. La segunda se denomina La fase de entrada en la vida adulta media la cuala barca aproximadamente de los 45 a los 50 años de edad. Este es un periodo de relativa calma y estabilidad para la mayoría de individuos que ha salido (vivo) de la etapa anterior.
A veces se caracteriza por cambios de carrera, matriculas al gimnasio, empiezan a practicar nuevos deportes o pasatiempos y así por el estilo. Las personas que están contentas consigo misma tras la transición de la mediana edad, a menudo descubren que este periodo es uno de los más productivos y generativos de su vida. Las metas inalcanzables de la adultez temprana son sustituidas por metas más realísticas. Esta edad generalmente lleva a las personas a ser más felices y mejores personas. La transición de los 50 es el tercer periodo, el cual es parecido a la transición de los 30. Generalmente para los individuos es un momento para reevaluar objetivos y el estilo de vida elegido durante los 40. Para terminar con las etapas, se encuentra la última edad la cual se llama la culminación de la vida adulta media la cual se extiende de los 55 a los 65 años de edad.
Con respecto a los cambios físicos que se dan Diane E. Papalia, en esta etapa los cambios físicos se dan más que todo en consecuencia a la vejez pero la genética, estilo de vida, conducta, actitud hacia la vida y experiencia de la vida afectan fuertemente el momento en que ocurren y su extensión. La gran mayoría de adultos comparten el lento, leve y gradual disminución en las habilidades sensoriales y psicomotoras, esto de acuerdo de a Papalia (2005), en las cuales se presentaran condiciones relacionadas con la edad, tales como la presbiopía o “la disminución de la capacidad de ver cerca asociada con el envejecimiento, se produce cuando el cristalina del ojo pierde su elasticidad” la miopía o “ser corto de vista” (Papalia 2005) y presbiacusia o “la pérdida gradual de la audición, la cual se acelera después de los 55 años, de manera especial con los sonido de las frecuencias altas”. (Papalia 2005). Esto responde a la disminución del metabolismo basal el cual es definido como “el uso de la energía para mantener funciones vitales”. (Papalia 2005)
En el área de la sexualidad las personas que cursan esta etapa sufren diversos cambios los cuales, son también primariamente gracias a la edad cronológica, pero son afectados por factores sociales, biológicos, conceptuales y experienciales. Con respecto al cambio hormonal la mujer sufre una disminución del estrógeno y la progesterona mientras que el hombre tiene una disminución en la testosterona. Con respecto a los síntomas la mujer sufre de bochornos, resequedad vaginal y disfunción urinaria. El hombre no tiene ningún síntoma determinado de esta índole. Algunos de los cambios sexuales que sufren las féminas son excitación menos intensa, orgasmos menos frecuentes y más corta duración. Los hombres por su parte tienen una pérdida de la excitación psicológica, erecciones menos frecuentes, orgasmos más lentos, periodo refractario más largo y se incrementa el riesgo de la disfunción eréctil.
Para la mujer la capacidad reproductiva se pierde (menopausia) y en el hombre continua pero puede ocurrir un decremento en la fertilidad (andropausia). Los cambios relacionados al sexo que suceden en esta etapa están sujetos al estilo de vida de la persona, su experiencia y sus conceptos acerca de estos cambios los cuales son moldeados por la cultura en la que viven.
Segun Papalia (2005) la crisis de la mediana edad se en promedio a la edad de los 45 años de edad. En esta la persona “suele experimentar una profunda crisis personal, por lo general sin demasiada coincidencia de lo que está sucediendo”. Carl Jung la denominó la “crisis el solsticio”. Se da porque el individuo segun Carlos Bernanrdo González Pecotche (1992) quiere demostrar que continua siendo joven y, para ello, necesito hacer algo completamente diferente.
Viene acompañada de “cambios fisiológicos y hormonales, que son como señales que recuerdan la edad en la que uno inevitablemente esta. Son los cambios que se viven durante la denominada menopausia e la mujer y la andropausia del hombre”. (Papalia 2005) La persona se cuestiona sus logros y capacidades y se siente abrumado y cansado de lo incesante de la vida. Síndrome del nido vacío: "fase de transición de la paternidad luego de que el ultimo hijo abandona el hogar”(Papalia 2005). En esta etapa evolutiva se da cuando los hijos dejan el hogar para independizarse, irse a vivir solos o casarse y empiezan a realizar sus propias vidas.
Consejos para vencer las crisis tanto de hombres como de mujeres: Cuidar el cuerpo, mantenerse activo, sostener y alimentar los vínculos sociales, cuidar la relación de pareja, que es muy difícil de mantener en esta etapa vital, explorar nuevos intereses, diversiones y emprender nuevas actividades, abrirse al mundo y aceptar nuevos desafíos. A manera de conclusión, con respecto al área sexual se puede decir que las personas que se encuentran en la mediana edad, deben de mantenerse activos sexualmente.
Por diversas razones la vida sexual favorece el desarrollo de la vejez. Primero que todo dará un sentido de intimidad y pasión en la vida de pareja, la segregación de hormonas como serotonina, endorfinas y dopamina mejoraran el estado de ánimo y el sentido de bienestar, el autoestima se verá beneficiada, dará un sentido de funcionalidad y además la piel, los músculos y la presión sanguínea se verán beneficiadas. Por otro lado y hablando de otros temas se debe tomar en mente, cuando se está en esta etapa que la vida intelectual y afectiva del individuo no es independiente del estado de desgaste de los órganos y de otras facultades del organismo en general. El concepto de jubilación que se aproxima no debe ser visto como más la jubilación profesional, unas vacaciones bien merecidas después de tantos años de apogeo. Pero esto no quiere decir que sea un retiro personal, social o laboral. Es muy productivo y recomendable que se considere tomar cursos y se dedique el tiempo a realizar proyectos que anteriormente no se tenía el tiempo para hacer, viajar, pasar con amigos y familia y buscar desarrollarse.
Jaques Laforest (1991) nos dice que “la relatividad de la vejez cronológica depende de la subjetividad de quien la define”. Depende también de factores culturales de los cuales si nos dejamos llevar nos pueden hacer pedazos. Hay que tener en mente que se recurre a la definición cronológica de la vejez para legalmente poder determinar quién tiene derecho estandarizado a goce de jubilación y los demás servicios sociales. Por ende, se debe ver como algo positivo, en donde la funcionalidad y el desarrollo están ahí mientras nosotros lo deseemos y en adición contamos con beneficios extra.
Es inevitable el deterioro y la pérdida de ciertas capacidades y facultades, pero no hay que olvidar la plasticidad cerebral, donde el cerebro y el funcionamiento orgánico se acoplan para poder sustituir funciones que se pierden. El desarrollo nunca acaba, el cerebro siempre tendrá capacidad de aprender cosas nuevas y de mantener las cosas que se practican pero esto depende de la pericia de cada quien. La vejez es inherente a todos. La mayoría de las personas quieren vivir largos años pero no quieren envejecer y realmente no ven la vejez o el paso de los años como una oportunidad realista de ser productivo. Se presta más atención sobre lo que se cree haber perdido, que al tiempo que se tiene y de la oportunidad de maximizarse y lograr metas pendientes.
No hay que dejarse llevar por las denominadas crisis, ya que eso no es más que un constructor social el cual saca a las personas de su camino y los lleva en una dirección puesta innecesaria. Esto no es más que un proceso de transición. Para sobrevivir la crisis de la mediana edad se recomienda darse momentos para pensar y estar con uno mismo, compartir los sentimientos con familiares y amigos, mantenerse positivo y no olvidarse de que aún hay tiempo para todo lo que se quiere lograr en la vida, alejarse de “remedios” fugaces como el alcohol, despilfarros o infidelidad, mantener una vida social activa, buscar experiencias nuevas y cursos que lo hagan crecer.
Para mejorar un síndrome de nido vacío es importante recordar que no tiene nada de malo sentir esas emociones, así que no está bien reprimirlas, llorar cuando es necesario, compartir esas emociones con otros, Es positivo hacer un diario. Comprender que la maternidad es una evolución, a pesar de que ya no se van a estar tomando decisiones para el hijo, uno aún tiene un rol como madre, el cual es aun importante para los hijos. Mantener en mente que los hijos no se alejan de uno si no que se acercan a sus propias vidas. Ser excesivamente cercanos generalmente tiene consecuencias negativas. Se deben buscar actividades nuevas en las cuales participar, unirse a grupos, buscar nuevas maneras de interactuar, darse tiempo para sí mismo y hacer cosas que no se tenía el tiempo para hacer. Irse de viaje es también recomendable y encender de nuevo la flama de la pasión con el conyugue es también una buena idea. ¿Quién piensan ustedes lectores que sufre una crisis más marcada, los hombres o las mujeres?
Desde mi punto de vista, y como lo dice Deepak Chopra (2002), en este momento estamos “viviendo la juventud de nuestra vejez”. ¿Cómo esta actitud y esta manera de ver la vida nos puede ayudar a evitar las denominadas ‘crisis de la mediana edad’?
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